El temor a ser reemplazado.
Si has participado en proyectos de sistemas expertos o algo relacionado con inteligencia artificial, sabrás que algunos a veces se preocupan por ser reemplazados por el sistema o la computadora. Este temor es alimentado por libros, artículos, conferencias y notas en medios de comunicación.
Aunque es cierto que algunas actividades laborales comienzan a ser obsoletas, las computadoras están aun lejos de sustituir a los humanos y lo más probable es que tu trabajo no esté tan en riesgo como podrías pensar. Sin embargo, es importante entender bien la situación en la que nos encontramos.
El término Industria 4.0 se ha convertido en una moda en los últimos años. Es una iniciativa desarrollada por el gobierno Alemán a inicios de esta década y se popularizó debido al prestigio de ese país en el ámbito científico y tecnológico. Tiene fuertes bases en lo que entendemos como Inteligencia Artificial.
La industria 4.0 es una promesa de alta productividad para algunos, pero para otros puede parecer una amenaza.
Las promesas de la Industria 4.0 suenan muy atractivas para los dueños y directivos, pero hay quienes temen (abierta o secretamente) por la continuidad de su trabajo. Especialmente aquellos que realizan labores analíticas actualmente. Esta es una realidad que no podemos ignorar.
Cualquiera que tenga interés en iniciar proyectos relacionados con la Industria 4.0 debe tener presente esta preocupación, ya que el resultado del proyecto podría ser afectado de manera negativa si permitimos que algún miembro del equipo considere el éxito del mismo como un riesgo personal.
Hay al menos 4 razones por las que no debes temer tanto a ser reemplazado por una computadora.
En primer lugar, debemos entender que Industria 4.0 representa una visión a largo plazo (15 o 20 años) incluso en los paises desarrollados. Eso significa que no es algo que sucederá de forma inmediata. Será un proceso gradual (y seguramente inevitable).
Eso significa que deberíamos estár más preocupados por nuestros hijos y nietos. Sin entrar mucho a este tema, debo mencionar que para los jóvenes será cada vez más relevante tener una fuerte formación en computación, matemáticas y ciencia en general. Lo anterior para poder trabajar lado a lado con las computadoras y robots.
En segundo lugar, tenemos una idea muy equivocada de lo que es la inteligencia artificial. Para la mayoría, fue Hollywood quien nos presentó el concepto y Hollywood no se caracteriza por vendernos verdades, sino fantasías.
“Inteligencia artificial” no significa computadoras con el cerebro de Einstein ni robots expertos en artes marciales.
Debemos entender que en la práctica, integrar un proyecto que involucre cualquier tipo de inteligencia artificial significa diseñar un enfoque que aproveche al máximo la experiencia humana y la combine con el poder de cómputo.
El objetivo de la inteligencia artificial no es exactamente sustituir al humano, sino descubrir tareas “inteligentes” que puedan ser realizadas por las computadoras. El cerebro humano y el procesador de una computadora son completamente diferentes en su forma de trabajar la información. El enfoque correcto es sincronizar sus fortalezas.
La realidad es que son muy pocas las actividades intelectuales que pueden ser confiadas al 100% a una computadora. Solo podemos confiarle aquellas tareas que ya lograron ser mecanizadas y se vuelven repetitivas. De hecho, generalmente son las tareas que se consideran aburridas para un humano.
El enfoque correcto es sincronizar las fortalezas de la computadora con las fortalezas de la mente humana.
Como un tercer punto, consideremos el mensaje que el autor Nicholas Carr nos da en su libro “The Glass Cage”. Carr señala que aún si logramos automatizar al 100% un proceso, se corre el riesgo de depender demasiado del algoritmo, nos arriesgamos a perder nuestras habilidades originales y a ser demasiado dependientes de él.
” El valor de una herramienta bien hecha y bien usada, consiste no solo en lo que produce para nosotros, sino en lo que genera dentro de nosotros”.
Nicholas Carr Libro The Glass Cage
De esta forma, incluso si se diseña un sistema inteligente basado en la experiencia de un humano, será solo el mismo humano quien esté habilitado para el monitoreo, mantenimiento y evolución de ese sistema. Por ejemplo, en el tratamiento de contingencias.
Todos los sistemas basados en inteligencia artificial deben tener la posibilidad de crecer en capacidades. Este crecimiento dependerá directamente de los humanos involucrados en el proceso. Al ser liberados de las tareas monótonas y repetitivas, tendrán libertad para hacer analisis más profundos y proponer mejoras significativas.
Debemos buscar una sinergia entre el poder computacional y la creatividad humana.
Finalmente, sabemos que hay ciertas tareas que ninguna computadora puede realizar y no se ve posibilidad de que las realice en poco tiempo. Nos referimos a la creatividad, la solución de problemas desconocidos, el diseño, el ingenio, el pensamiento crítico, etc.
Es importante mencionar que ni siquiera hemos tocado los aspectos humanos de los problemas, como la empatía, el humor, el juego y el entendimiento. Las computadoras solas no tienen oportunidad frente al máximo órgano adaptivo que conocemos en el universo: el cerebro humano.
No existe algoritmo ni computadora que pueda emular esas habilidades. Por eso los trabajos que requieren contacto humano, estarán a salvo por muchas decadas o posiblemente siglos.
El camino hacia la Industria 4.0 no es una lucha entre el humano y la computadora, se trata de una sinergia que aproveche las habilidades de cada actor (humano o artificial) para obtener los mejores resultados.
Fuentes bibliográficas:
• Nicholas Carr. “The Glass Cage: How Our Computers Are Changing Us”. ? W. W. Norton & Company. 2015.
• https://www.crimsoneducation.org/mx/blog/jobs-of-the-future
• “Umsetzungsempfehlungen für das Zukunftsprojekt Industrie 4.0”. Bundesministerium für Bildung und Forschung. 2013
• N. Karkalos, A. Markopoulos, J. Davim. “Computational Methods for Application in Industry 4.0”. Springer. 2019.
• E. Popkova, Y. Ragulina, A.
• Daniel Pink. “A Whole New Mind: Why Right-Brainers Will Rule the Future”. Riverhead Books. 2005.
Ver el artículo del mes pasado: “Las 2 fases de la analitica”